¿Qué es el análisis de viabilidad de un negocio?

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Emprender la aventura de montar una empresa siempre conlleva riesgos, y más en tiempos de pandemia con un contexto económico incierto. Por ello, antes de iniciar la puesta a punto de una sociedad mercantil hacer una evaluación en profundidad de las oportunidades, amenazas y riesgos en diferentes escenarios que puede afrontar la empresa es de especial utilidad para poder afrontar con éxito aquellas situaciones difíciles que con mucha seguridad afrontará la empresa. Esa evaluación se conoce como análisis de viabilidad de un negocio y es tarea de un consultor estratégico y también muy común en las empresas de contabilidad en Madrid. ¡Vamos a darte unas pautas para hacerlo correctamente!

¿Qué es un análisis de viabilidad de un negocio?

¿Qué es un análisis de viabilidad? Como parte del plan de empresa, es un documento en el que se describe y analiza una idea de un negocio. En dicho documento se plantean diferentes escenarios por los que puede pasar ese negocio y el protocolo a seguir en cada caso. De esta forma, lo que se persigue es reducir al mínimo el riesgo de que la idea fracase una vez esta se ponga en práctica. Todo análisis de la viabilidad debe tener y responder a los siguientes puntos: describir la idea, señalar quienes son los promotores, dónde se ubicará el negocio, con qué presupuesto y fondos iniciales se cuenta, cuales serán las fuentes de financiación, tener un plan económico y financiero, analizar el entorno, elaborar un estudio del mercado, cual es el plan de marketing y todos los trámites legales a aplicar.

¿Cómo hacer un análisis de viabilidad?

En cada uno de los puntos expuestos anteriormente para que el análisis de viabilidad de una empresa esté debidamente realizado debe señalar el tipo de producto o servicio que va a ofrecer el negocio, el público objetivo al que pretende dirigirse dentro del mercado y el proceso productivo más adecuado y eficiente para llevarlo a cabo. A su vez, ese plan de viabilidad de una empresa debe incluir un análisis DAFO -parte imprescindible de un plan de negocio– y una matriz de viabilidad junto con el plan económico-financiero. También es imprescindible señalar dónde se va a localizar la empresa y el número de empleados con los que va a contar. Realizar todas estas precisiones es imprescindible para que el plan sea útil.

Matriz de análisis de viabilidad: factibilidad e impacto

La matriz de análisis de viabilidad consiste en una tabla que se basa en dos ejes: factibilidad e impacto del proyecto. En lo que respecta al impacto debemos señalar que este se refiere al efecto esperado que tendrán las medidas que se indiquen que se van a aplicar o que se pueden aplicar en nuestra idea de negocio. Por su parte, la factibilidad hace referencia a la gestión necesaria de los recursos que habría que realizar para que cada una de las medidas que se podrían aplicar se implemente, al mismo tiempo que se indica el coste de oportunidad de optar por aplicar esas medidas en lugar de otras.

Con esta matriz identificamos hasta cuatro tipos de medidas en nuestro análisis de viabilidad económica: aquellas que poseen una baja viabilidad y baja implementación (se deben descartar una vez identificadas en esa clasificación); aquellas que poseen un bajo impacto pero alta viabilidad (aquellas medidas que se deben aplicar aunque de forma rápida si se quiere que sean lo más eficientes); aquellas que suponen un alto impacto pero baja viabilidad (son medidas que no hay que descartar, pero ni mucho menos hay que apostar prioritariamente por ellas, ya que aunque pueden aportar grandes beneficios son muy difíciles y costosas de llevar a cabo), y por último aquellas medidas que suponen un alto impacto y alta viabilidad (son las mejores medidas a aplicar para garantizar la viabilidad del negocio, el problema es que dar con este tipo de medidas es complicado pues son bastante escasas).

Análisis de viabilidad económica y financiera de la empresa

Uno de los apartados más importantes en todo análisis de viabilidad es el plan de viabilidad económica y financiera de nuestra empresa. En esta parte se deben indicar las inversiones necesarias, la cuenta de resultados prevista para los tres primeros ejercicios, el balance de situación, tesorería, el plazo de recuperación de la inversión, el Valor Actual Neto (VAN), la Tasa Interna de Rentabilidad (TIR), el umbral de rentabilidad y una análisis de sensibilidad.

En las inversiones necesarias se debe aportar información más pormenorizada que la que venga en el apartado presupuesto. En esta parte se detalla que parte de dicho presupuesto serán aportaciones por parte de los propios socios (fondos propios) y que parte será financiada por terceros (capital ajeno). En la cuenta de resultados prevista a tres años se debe realizar un ejercicio de prospectiva y estimar cuales serán los ingresos y los costes de la empresa en los primeros tres años de vida y, por ende, los beneficios o pérdidas de la empresa que se estimen.

Al igual que se hace ese ejercicio con la cuenta de resultados, deberá realizarse también con el balance de situación de la empresa en cuanto al hipotético cierre del ejercicio de los tres primeros años para reflejar como sería la evolución de la situación patrimonial del negocio en los primeros años de vida. En la parte de tesorería del análisis de viabilidad financiera de un proyecto, debemos establecer una previsión de los gastos, cobros, ingresos y pagos que la empresa realice, es decir, de los flujos monetarios que se deriven de la actividad normal de la empresa y por tanto estimar el nivel de tesorería adecuado para que el negocio funcione sin tener problemas de liquidez.

Más sobre el plan de viabilidad de una empresa: el retorno de la inversión

Otro de los requisitos indispensables para que un negocio sea fructífero, es que este retorne la inversión iniciada más una cantidad extra que es el tipo de interés. Existen varios criterios para estimar que una inversión empresarial es rentable, está el Pay Back, que mide el tiempo que -por la rentabilidad del proyecto- tardaremos en recuperar la inversión, el VAN que mide en valor de dinero en la actualidad todo lo que nos va a aportar dicha inversión y la Tasa Interna de Rentabilidad que nos estima cuál es el rendimiento en términos porcentuales de dicha inversión para compararlo con rendimientos de otras inversiones alternativas.

Finalmente, todo negocio debe incorporar una estimación de su umbral de rentabilidad o break even en su plan de viabilidad. El punto de nivelación se refiere a la estimación de la cantidad de bienes o servicios que la empresa debe producir y/o vender para garantizar que los ingresos obtenidos cubran los costes o los superen. Es decir el volumen de negocio mínimo para que la empresa pueda obtener beneficios. Al mismo tiempo en el análisis de viabilidad es necesario contemplar un análisis de sensibilidad que de forma teórica  simule como se comportaría esta empresa ante un escenario simulado especialmente adverso para realizar su actividad, así como, lo que le sucedería ante un escenario muy favorable.

Evidentemente, ningún documento sobre el papel te puede servir para cubrir la enorme casuística por la que una empresa atraviesa a lo largo de sus primeros meses de vida. Pero un análisis de viabilidad como mínimo garantizará una aproximación de las circunstancias por las que puede atravesar el negocio y poder establecer un mecanismo temprano de actuación ante ellas. En Anta Consulting tenemos experiencia en la realización de este tipo de análisis para emprendedores que se quieren animar a lanzar su proyecto. Si tienes una idea de emprendimiento y quieres ponerla a punto sobre un escenario realista ¡contáctanos!

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