En los inicios de la contabilidad, la gran mayoría de los activos de una empresa se podían palpar con las manos. Pero el avance de las nuevas tecnologías ha hecho que sean cada vez más las empresas que necesiten poner en valor los activos intangibles, principalmente debido a la cantidad de transacciones que se producen en las que están incluidos. En este post te explicamos lo que son los activos intangibles y cómo puedes valorarlos.
¿Qué son los activos intangibles?
Los activos intangibles son aquellos recursos que posee una entidad y que pueden dar lugar a beneficios tangibles pero que no pueden ser percibidos físicamente. Como su propio nombre indica, tienen una naturaleza inmaterial. También se conocen con el nombre de “bienes intangibles” o “inmovilizado intangible”.
La propiedad intelectual corporativa, las patentes, las marcas registradas, los derechos de autor y las metodologías de negocios son algunos de los ejemplos de activos intangibles más populares. Todos ellos tienen la capacidad de generar beneficios económicos futuros a través de diversas operaciones.
Tipos de activos intangibles
En el mundo financiero, podemos diferenciar dos tipos de activos intangibles que en contabilidad separamos por partidas:
- Gastos diferidos: se trata de aquellos activos intangibles que representan el uso de servicios o el consumo de bienes, pero de los que se esperan ingresos en un futuro. En nuestra cuenta de resultados los tratamos como gasto diferido hasta que originen ingresos en el ejercicio siguiente. Un ejemplo de activo intangible que a su vez es un gasto diferido es el perfil de Instagram en activo de una empresa.
- Derechos o privilegios: son aquellos bienes incorpóreos que suponen un derecho o privilegio para la entidad. Estos pueden reducir los costes de producción, mejorar la calidad de nuestro producto o servicio y promover su venta. Los derechos de autor de un libro o el registro de cualquier marca son claros ejemplos de activos intangibles de este tipo.
¿Cómo se realiza la valoración de los activos intangibles?
La valoración de los activos intangibles no es tan sencilla como la de los activos tangibles de una organización, sin embargo, también nos encontramos con situaciones en las que necesitamos ponerle un valor o precio. Tal como se propone en cualquier asesoría fiscal, en procesos de compraventa de empresas que cuentan con este tipo de activos es necesario conocer las formas de valoración. Para calcular el valor de estos bienes y, por tanto, de la empresa en su totalidad, existen diversos métodos que podemos utilizar:
Valoración por coste de desarrollo
Este método es muy útil cuando se trata de licencias tecnológicas. En la valoración del activo intangible se tienen en cuenta los costes asociados a la invención, desarrollo, protección y comercialización de la tecnología.
El precio final del activo intangible es el resultado de una negociación entre el desarrollador del bien y el comprador. En este proceso, el desarrollador pone sobre la mesa el importe que le gustaría obtener de la venta y el comprador puede alegar errores o gastos que poco valor han aportado al bien intangible.
Valoración por estimación de ingresos futuros
Realizar una estimación de los ingresos que va a generar el activo intangible es otro ejercicio que podemos hacer para su valoración. Esta estimación debe realizarse lo más detallada posible. Una vez que obtengamos una cifra, se calcula el 25% de la estimación y el importe resultante es el valor de nuestro activo intangible. Este porcentaje es fruto de un reparto de los ingresos futuros que se realiza entre diferentes agentes. Uno de ellos es el desarrollador de la tecnología en cuestión, por ejemplo, al que se le adjudica dicho porcentaje.
Modelo de valoración comparativo
Este método se basa en el análisis comparativo de compraventas de activos intangibles similares al nuestro que se hayan producido recientemente en los mercados. Si queremos aplicar el modelo de valoración comparativo, obviamente, debe haber un número relevante de operaciones en las que fijarnos y, aun así, debemos tener en cuenta de que se trata de una aproximación. Para que esta aproximación sea lo más fiable posible, es importante informarnos bien sobre las transacciones que vayamos a comparar.
Valoración por generación de valor para el comprador
Por último, podemos valorar un activo intangible calculando el beneficio que obtendría un comprador a partir de su adquisición. Por ejemplo, puede suponer un valor extra para él debido a que obtiene algo que sin ese bien intangible no tendría. También hay que valorar cómo impide a sus competidores tener algo igual en su propiedad, como es el caso de las patentes.
Ejemplos de activos intangibles
Algunos ejemplos de activos intangibles son:
- Marcas comerciales y nombres de dominio
- Patentes, derechos de autor y secretos comerciales
- Software y tecnología
- Contratos y acuerdos comerciales
- Relaciones con clientes y proveedores
- Conocimiento y habilidades especializadas de los empleados
- Reputación de la marca y prestigio de la empresa
- Derechos de explotación de franquicias y licencias.
¿Tienes activos intangibles en tu empresa? ¿Necesitas ponerles precio? Si conociendo estos métodos para su valoración no sabes cómo hacerlo, recuerda que en Anta Consulting tienes a tu disposición profesionales expertos en contabilidad que le pondrán un precio acertado a tus bienes, sea cual sea su naturaleza.