La financiación alternativa: una vía de crédito para pymes y empresas

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A raíz de la crisis del crédito y ante la negativa o multitud de requisitos que imponen los bancos para conceder préstamos, las pymes y las empresas pueden acogerse a la conocida como financiación alternativa. Se trata de servicios financieros fuera de las vías tradicionales y basados en sistemas apoyados en las nuevas tecnologías (FinTech, en inglés), motor de un cambio estructural que abre muchas posibilidades para el crecimiento y consolidación de las empresas en esta nueva economía global.

Las alternativas financieras: Agilidad y flexibilidad

La principal ventaja que ofrece la financiación alternativa a las pymes es la agilidad y la flexibilidad. A través de un soporte online, y sólo en cuestión de horas, es posible acceder a nuevas fuentes de financiación a través de plataformas especializadas por tipo de financiación (circulante, anticipo de facturas, largo placo, consume…). Este tipo de plataformas permiten a los inversores financiar a empresas de forma muy diversificada y conociendo en todo momento el nivel de riesgo que están asumiendo.

Estas fuentes alternativas de financiación, gracias al uso de Internet como herramienta clave, permiten que nuevas vías de financiación colectiva lleguen a los emprendedores les permitan así desarrollar sus ideas. Sin embargo, a pesar de la vía de escape que este tipo de alternativas suponen a la financiación tradicional para los emprendedores, algunas de ellas siguen siendo todavía desconocidas, como ocurre en el caso del crowdlending, también conocida como financiación colectiva de inversores particulares vía préstamo a proyectos.

El Crowdlending

A través de Internet, las plataformas dedicadas a los préstamos online, ponen en contacto a creadores de proyectos y prestamistas. Estas plataformas publican los proyectos y son los prestamistas los que deciden en que proyecto invierten su dinero y con qué riesgo según el tipo de interés. En la fórmula de financiación crowdlending, las empresas normalmente han de demostrar su calidad crediticia así como su nivel de morosidad para ser clasificadas y calificadas con el fin de aportar información sobre su riesgo a los prestamistas. Los tipos de interés dependerán de la calificación de la empresa, así como la demanda de préstamo por parte de los inversores.

Tendencia europea al alza

Durante los años 2000-2005, más de un 95% de las pymes y empresas españolas utilizaban la financiación bancaria, frente al 5% de la no bancaria. En cambio, durante el mismo período, en países como Alemania el binomio financiero era del 50% bancaria – 50% no bancaria. En Reino Unido los datos aún eran más desiguales, llegando la financiación no bancaria a situarse cerca del 80% como primera preferencia entre las pymes. En 2014, la financiación alternativa creció en el mercado europeo hasta los 2.957 de euros en 2014, ocupando ya España el sexto puesto de la lista con 62 millones de euros (por detrás de Reino Unido, Francia y Alemania), habiendo experimentado un crecimiento del 152% en tan sólo dos años.

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